EUROPA
PRESS
29 mayo
2018
Claves
para no comer con ansiedad
Vivimos en un mundo lleno de comida
elaborada para comer en exceso. Este tipo de alimentos producen un nivel de
estimulación cerebral tan elevado que hacen que la comida normal nos parezca
aburrida e incluso que nos sepa mal.
Además, las calorías cuentan en nuestra dieta, pero no es lo
más importante. Así, Robb Wolf, uno de los mayores
expertos de nutrición paleolítica del mundo y bioquímico, aporta otras claves
para comprender cómo funciona nuestro cuerpo, y ver cuáles son los factores que
nos impulsan a comer demasiado en 'Comer sin ansiedad' (Libros Cúpula).
Así, destaca que la comprensión de ciertos factores
genéticos y medioambientales, como los hábitos de sueño, el estrés, los
alimentos hiperpalatables y el entorno social, nos
pueden llevar a comer demasiado.
Por ello, defiende que, más allá de la dieta, crucial para
mejorar la salud y el bienestar de la persona, es necesario reequilibrar estos
tres pilares: los hábitos de sueño, el ejercicio físico y las relaciones
sociales.
"Elegir bien los alimentos que ingerimos es importante,
pero la comida es sólo una parte de nuestra salud y de nuestra línea. Dormir
mal y tener unos ritmos circadianos cambiados influye significativamente en
nuestro metabolismo y en la elección de los alimentos", aprecia el
experto.
Asimismo, señala que la actividad física más importante es
aquella que más nos gusta, y ésa es la que debemos practicar, a la vez que
resalta que los humanos somos seres sociales por lo que la falta de relaciones
sociales satisfactorias puede ser tan perjudicial para la salud y para la
esperanza de vida como fumar una cajetilla de tabaco al día.
"Para muchos no es noticia que el tabaco, el consumo
excesivo de alcohol y un peso excesivo es perjudicial para la salud. Pero,
además, hay una característica del mundo moderno que aumenta el riesgo de ir a
la tumba tanto como la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de
alcohol. Clínicamente se denomina 'aislamiento social', pero en el lenguaje
común se llama simplemente 'soledad'. Numerosos estudios han demostrado que la
ausencia de relaciones sociales puede ser tan dañina para nuestra salud como
fumar a diario", agrega.
Por otro lado, Wolff reconoce que
algunas de las áreas que hacen que mucha gente se deje vencer por el estrés
pueden ser desde hacer mucho ejercicio, hasta comer demasiado o comer alimentos
inadecuados, dormir mal y sufrir estrés laboral y sentimental.
"Además, los alimentos inmunogénicos,
como el gluten, pueden aumentar la inflamación sistémica, afectando así a la
función inmune y a la sensibilidad de la insulina", agrega.
Según advierte, la mayor parte de estos problemas
estresantes son un problema que nosotros mismos nos creamos, basados en
nuestras percepciones, por lo que esto significa que tenemos mucho más control
sobre lo que percibimos como estrés de lo que pensamos.
"Mejorar los hábitos de sueño, replantear mi forma de
ver el estrés, cultivar las relaciones significativas y hacer ejercicio
reportan más beneficio de lo que se ha invertido para conseguirlo. Priorizar el
sueño, tener una mente resiliente, cuidar las
relaciones personales y moverse nos da mucho más de lo que necesitamos. Esto es
un buen retorno de la inversión, como también lo es tener hábitos saludables y
disfrutar de las recompensas que, a su vez nos impulsarán a mantenerlos",
sentencia el experto.